Se acerca el final del viaje por Japón. Llegamos a Kamakura-shi, a unos 50 kilómetros de Tokio, para ver el Gran Buda (Daibutsu). Una estatua hecha en bronce de 13 metros de altura y 93 toneladas de peso. En el siglo XV un tsunami destruyó el templo que la albergaba y aquí ha sobrevivido desde entonces.
Kamakura fue una ciudad importante en la región de Kanto entre los siglos XII y XI, años en los que gobernaba el país el shogunato del clan Minamoto. Está situada en la bahía de Sagami:
Sin salir de la prefectura de Kanagawa, a unos 30 kilómetros al norte, llegamos a Yokohama, la segunda ciudad más grande de Japón (la primera es Tokio) con casi 4 millones de habitantes. Dejando a un lado la tradición budista toca un cambio radical para rodearse de espectaculares rascacielos. En Yokohama todo es a lo grande. Su barrio chino es el más grande del mundo. Su seña de identidad es la torre Landmark (sí, algo redundante el nombre).
Landmark Tower mide 296 metros de altura y tiene 70 plantas. Es obra del arquitecto americano Hugh Stubbins. Presume de tener unos de los ascensor es más rápidos del mundo. Avanza a 45 km/h, 12 pisos por segundo y créeme que los oídos lo notan... ¡Qué presión!
¡Lleva aquí desde 1993! Desde arriba se ve toda la bahía de Yokohama y un sinfín de casas, calles, helipuertos... Una hora viendo atardecer en el "Sky Garden" y parece que el tiempo se ha detenido.
Hasta la construcción del Tokyo Sky Tree, de 634 metros, era la torre más alta de Japón. Ojo, Landmark es un edificio de negocios y la torre de Tokio es un observatorio. Claro que para alturas los 828 de Burj Khalifa en Dubai.
Otro edificio característico, en forma de vela que recuerda a Bofill es el hotel Intercontinental del estudio de Nikken Sekkei, los mismos que Tokyo Sky Tree y Tokyo Tower. Este hotel sale en el anuncio de Samsung Galaxy Note.
Anochece y es momento de cenar unas gyozas del barrio chino. Definitivamente me gustan más las japonesas.
Todas las fotos de Kamakura y Yokohama en Flickr:
No hay comentarios:
Publicar un comentario