La reina Victoria, que sostuvo la corona durante 63 años (1838-1901), eligió esta ciudad al sureste de Ontario, como capital en 1857, porque estaba a medio camino de la parte francófona y anglófona y relativamente lejos de Estados Unidos, que parecían con ganas de invadir. Una leyenda urbana cuenta que le dieron un mapa a la reina del imperio británico y puso una chincheta al azar. Nadie encontraría la capital en caso de querer tomarla. Canadá es el segundo país más grande del mundo después de Rusia. Se enorgullece de su origen multicultural. Mientras escribo estas líneas, una chica trilingüe habla por teléfono a mi lado.
Los británicos construyeron el canal Rideau con esclusas para evitar la entrada de los americanos. Une los ríos San Lorenzo y Ottawa a la altura de la ciudad de Kingston. Es patrimonio mundial de la UNESCO. Previamente Ottawa se llamaba Bytown, en honor al coronel John By.
Cerca de aquí habrás observado esas cúpulas verdes. Es el parlamento de Canadá. Alberga la Cámara de los Comunes y el Senado. Es una monarquía federal parlamentaria, al estilo de Australia, con Isabel II a la cabeza, un gobernador general (delegado de la reina), David Johnson y un primer ministro, el conservador Stephen Harper.
La visita al parlamento es gratuita y guiada. Es muy interesante conocer el funcionamiento de las cámaras, así como el papel del speaker. El Senado también es un museo de dinosaurios como en España y los cargos son vitalicios.
En 1916 hubo un incendio porque era todo de madera. Un cuadro de la reina Victoria superó, con este fuego, cuatro en total. Además se puede subir a la Torre de la Paz, de 45.7 metros de altura. Tiene vistas a la ciudad y fue el edificio más alto hasta los años 70.
Entre los museos de Ottawa están el Museo de las Civilizaciones, el de Bellas Artes (tiene una araña de Louise Bourgeois delante) y de la guerra. Visité éste último que hace un repaso a las guerras mundiales desde el punto de vista canadiense, naturalmente. Dispone de una colección permanente de tanques. La exposición de la guerra de 1812, la anglo-americana por las colonias canadienses, sigue el repaso por el siglo XX e incluso alberga un coche utilizado por Hitler en sus desfiles.
A simple vista parecía que no tenía mucho que ver pero ha merecido la pena adentrarse un poco más en la historia de Canadá. Próxima parada Montreal con Greyhound, la mítica compañía de autobuses con rutas entre Estados Unidos y Canadá.
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