jueves, 25 de junio de 2009

El 99% de los europeos no ve la Vía Láctea



Contaminación lumínica



Llevaba meses pensando hablar aquí sobre la contaminación lumínica, algo que va más allá del ahorro de energía. Y mira por donde ayer, cuenta Efe que, varios científicos españoles, entre ellos el investigador de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) Juan José Negro, presentaban en Sevilla la iniciativa Starlight contra la contaminación lumínica, un problema que ya impide al 99% de los europeos poder ver la vía láctea desde sus domicilios.

Esta iniciativa, impulsada desde el Instituto Astrofísico de Canarias, se ha expuesto en la trigésimo tercera reunión que el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO celebra en la capital andaluza.
Juan José Negro ha explicado que este programa actúa contra la contaminación lumínica porque varios estudios científicos confirman "el impacto negativo" de la polución luminosa no sólo para la actividad científica, en especial la astronomía, sino también para la biodiversidad.
Negro ha subrayado que la lucha "para poder volver a contemplar el cielo" se basa en razones científicas, de defensa de la biodiversidad y culturales. "Se están perdiendo cielos muy valiosos para la ciencia por culpa de la contaminación lumínica y quedan muy pocos sitios aptos para observación astronómica". Prueba a mirar al cielo durante la noche y cuenta las estrellas, ¿cuántas ves?
"El impacto de la contaminación lumínica puede llegar a ser muy importante en aves migratorias como los petreles o los albatros, que vuelan por la noche y se desorientan con la iluminación nocturna artificial", ha añadido.
La polución luminosa también afecta a las tortugas marinas o a especies de murciélagos, cuyos hábitos nocturnos, en especial la alimentación, se alteran por la iluminación artificial.
Esta contaminación daña espacios protegidos emblemáticos, como Doñana, pues el halo lumínico nocturno de ciudades como Sevilla es perceptible a 200 kilómetros de distancia. "Doñana es, seguramente, un espacio natural contaminado lumínicamente por el halo nocturno de las ciudades de su entorno", según Negro.

En su opinión, la defensa de cielos limpios también es una cuestión cultural, pues la observación de la bóveda celeste "ha sido una fuente ancestral de inspiración, de cultura y de ciencia, ya que los astrónomos fueron los primeros científicos de la humanidad y la astronomía ha guiado durante siglos actividades humanas como la navegación".
Starlight aboga también por un uso racional de la energía con una mayor eficiencia de los sistemas de iluminación artificial y la lucha contra el "despilfarro lumínico".
Negro evoca el artículo publicado en 'Nature' por el investigador estadounidense Malcolm Smith, titulado 'Es tiempo de apagar la luz', y en la que sostiene: "Los humanos tenemos un miedo innato a la oscuridad y las sociedades modernas confían en la luz como una medida de seguridad, pero no hay ninguna evidencia de que el aumento de la iluminación siquiera reduzca el crimen".
Es tiempo de apagar la luz o direccionarla bien, porque la contaminación lumínica, aparte de exceso es también una mala instalación de la luz, se desaprovecha muchísima energía, como en esta imagen:

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