Viaje a Estambul para principiantes
¡Merhaba, vamos a Turquía! En diciembre hice un pequeño tour turco. Primero Estambul, después Éfeso, seguido de Pamukkale y Capadocia. Todos los vuelos internos con Pegasus Airlines, una aerolínea de bajo coste turca con precios muy asequibles, a 50 euros el trayecto y un par de coches de alquiler. Turquía es un país grande y las distancias importantes.
Sultan Ahmet Camii
En Estambul, la ciudad dividida entre Europa y Asia, con el Bósforo en medio, todo huele a historia. Antes Bizancio con los griegos, luego Constantinopla con los romanos hasta 1453. Después los otomanos y su ostentación imitando la Europa de Versalles del momento.
¿Primera vez en la ciudad? Entonces tu ruta debe pasar por el Palacio de Topkapi, Topkapı Sarayı en turco, residencia otomana frente al Mármara y en el extremo del Cuerno de Oro, hasta que los sultanes decidieron mudarse al Palacio de Dolmabahçe, en Besiktas. Topkapi es el más antiguo, quizás por eso más turco, aquí Sertab Erener grabaría su tema eurovisivo:
Y Dolmabahçe es de estilo europeo, neobarroco y versallesco. ¡Ojo! No puedes hacer fotos pero te dan estos calcetines para entrar:
El siguiente punto obligado es, después de 45 minutos de cola, Hagia Sophia o Ayafofya, la gran mezquita de Estambul frente a Sultan Ahmet Camii o Mezquita Azul. Camii significa mezquita. Primero iglesia bizantina y después mezquita, fue durante mil años el edificio más grande del mundo. Y al lado Yerebatan Sarnıcı, unas cisternas romanas para almacenar agua y la Mezquita Azul. Siguiendo el curso de la historia, la plaza de Sultanahmet Meydanı, era el antiguo Hipódromo de Constantinopla, hoy presidido por un obelisco traído de Egipto.
Ayasofya
La estación donde llegaba el tren Orient Express, Sirkeci İstasyon, desde París también es punto de visita obligada. En un local de la estación puedes ver la tradicional danza Mevlevi Sema. Hipnotiza con sólo verlo y ellos entran en trance. El vídeo está grabado con un teléfono, advierto:
¿Con hambre de dulces? Frente a la estación está Hafiz Mustafa, un café en pie desde 1864 donde puedes degustar las famosas delicias turcas (turkish delights). Te recomiendo pistacho y almendra, con un poco de miel. Enloquecerás.
Siguiendo con estaciones clásicas, no debes perderte, Haydarpasa Gar, en el lado asiático. Sí, donde Audrey Tautou llega en tren con Chanel:
La zona asiática de Kadıköy y Moda no merece mucho la pena. Es un barrio moderno residencial y a la vez distrito financiero. Volvamos a la zona antigua. Cruzando el puente de Galata, siempre lleno por pescadores, llegas a otra península.
Y aquí se encuentra la Torre de Galata, en pie desde 1348, construida a modo de vigía de la ciudad. Subiendo desde el Gran Bazar (Kapalıçarşı) hacia la Mezquita de Suleymaniye, Süleymaniye Camii Külliyesi, con una cuesta de cuidado, también se aprecia la Torre de Galata.
Quizás te desespere la cola, porque la torre es algo pequeña y hay que esperar un rato, pero las vistas merecen la pena. A la derecha el Palacio de Topkapi:
En este punto, nace la calle más famosa de la ciudad, İstiklal Caddesi, con más tiendas de dulces y las consabidas marcas españolas. La avenida de la Independencia atraviesa el barrio de Pera, el antiguo barrio italiano de genoveses en la época bizantina y termina en la plaza Taksim. Aquí cogeremos el autobús hasta el aeropuerto (havaalani) de Sabiha Gökçen, para vuelos internos.
Si quieres comprar café turco verás la cola formada junto al Bazar de la Especias, en Mehmetefendi, en el barrio antiguo. Para comer qué mejor que un kebap con ayram, la bebida turca por excelencia, a base de yogur amargo. Sin olvidar los omnipresentes zumos de naranja y granada. Aquí, junto al Mısır Çarşısı o Bazar de las Especias, está la mezquita Rüstem Pasha.
Si lo tuyo es regateo y las compras, después de las especies está el Gran Bazar o Kapalıçarşı. Un cruce de pasillos y tiendas considerado el centro comercial más antiguo pues lleva en pie desde el año 1461.
¿No sabes turco? No importa, debes aprender ciertas palabras de cortesía, lo agradecerán: merhaba (hola), günaydın (buenos días) y adiós es güle güle si despides y te quedas, pero si eres el sujeto que se va dirás hoşçakal. Es muy fácil, suena como se lee la mayoría de las veces. Ah y no olvides dar las gracias teşekkürler o teşekkürler ederim en su fórmula completa.
Mustafa Kemal Atartürk, padre de la patria turca y primer presidente, desterró los caracteres árabes y unificó el turco en los años 20 al fundar la República de Turquía y abolir el sultanato otomán en 1923. Estadista militar con aire de galán que encontrarás en todas partes, desde los billetes de liras turcas al aeropuerto. Falleció el 10 de noviembre de 1938 en su residencia, el Palacio de Dolmahbaçe, donde hay un reloj parado a las 9 y 5 de la mañana, hora de su muerte.
Si el paseo está haciendo hambre, un buen sitio para comer y cenar es Kayıkçı. Pídete Hünkar beğendi, un plato de cordero tradicional turco sobre una base de puré de berenjenas conocido como "la delicia del sultán":
Estambul es una ciudad de contrastes, del centro turístico, donde los taxis te persiguen a bocinazos para que te subas, puedes escaparte a Bebek, barrio residencial rico con aparcacoches y limusinas para subir a lo alto de la fortaleza Rumelı Hısar. O al curioso centro comercial Kanyon, previo paso del arco de seguridad como si de un aeropuerto se tratara.
Como suele suceder, los barrios que más me gustaron, fueron los menos turísticos, con esencia más auténtica y fuera de todo circuito comercial, como Fener y Balat, en el Cuerno de Oro, un estuario del Bósforo. Ojo en esta zona con el timo del limpiabotas. Si ves que a alguien se le cae el cepillo y picas en recogérselo con tu buena voluntad, terminará sacándote los billetes de la cartera. Antes se habrá ofrecido a limpiarte los zapatos gratuitamente a modo de agradecimiento.
En Fener, barrio islámico y ortodoxo a la vez, aquí en medio se levanta un llamativo colegio griego:
Y está la Catedral Patriarcal de San Jorge, sede de la Iglesia Ortodoxa en Constantinopla.
En autobús, el medio que utilicé todos los días, junto con el tranvía, porque da mayor autonomía que un dudoso taxi, fui hasta el Museo Chora (Kariye Muzesi). Es la Iglesia de San Salvador, construida en el siglo IV en la época bizantina. Con unos frescos y mosaicos verdaderamente bonitos. Para desplazarte en autobús puedes comprar una tarjeta magnética que vas recargando de liras turcas.
En el barrio de Besiktas, como el equipo de fútbol, está el museo Tophane-i Amire Kultur, donde apareció una exposición de Salvador Dalí llena de litografías.
Si ya empiezas a perder la cabeza con tanta mezquita, puedes visitar el Museo de Arte Moderno de Estambul, Istanbul Modern. Su restaurante-cafetería tiene una terraza con vistas al Bósforo. Próxima parada Izmir y Éfeso.
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