Vermont, el estado de las montañas verdes

Amanece en Quechee. La noche anterior en Woodstock tuvo el sabor de la cerveza local 'Long Trail' y una conversación en inglés con un jubilado de Nueva York. "¿Sois de España? ¿Allí tenéis mucho paro no? ¿Y la gente habla inglés?". La marca España en los medios de comunicación extranjeros. Foto del único bar de Woodstock, que nada tiene que ver con el festival, donde transcurrió la charla, el Bentley's Restaurant:

La mayoría de granjas son muy fotogénicas, con sus caballos y vacas. Apetece quedarse a ordeñar vacas en 'Jenne Farm' pero ojo con salir del camino y entrar en la propiedad privada. Aunque no haya vallado, el dueño y señor saldrá a echarte "Go back to the road, get out of my property", amenizado con el perro ladrando. Otros vecinos, en 'Sleepy Hollow Farm', han tomado medidas y decorado la finca con carteles de "no trespassing". Supongo que mucho turista ha llegado hasta la cocina haciendo fotos...

De camino a Montpelier, capital del estado de Vermont, la ruta se desvía por pequeños pueblos, como Strafford, donde la iglesia blanca de madera es la protagonista.

Vermont es naturaleza, bosques y granjas que salpican el paisaje verde. De hecho, "Green Mountain State" es el eslogan del estado que aparece en las matrículas de los coches. Al fondo del paisaje surgen las montañas que al llegar al Parque Estatal Mansfield se hacen más presentes.

Sí Montpelier, Berlín, Croydon, Manchester... Todo son nombres familiares y de colonias. Mi pueblo favorito ha sido Middlesex. Aquí Montpelier desde las alturas:

En Montpelier está la Vermont State House, algo así como el parlamento del estado. Fue terminada en 1859. En Estados Unidos todo lo que pertenezca al siglo XIX ya precisa de un tratamiento especial.

Si estás pensando en redondear la comida con un postre qué mejor que un helado en la fábrica de Ben&Jerry's (1281 Waterbury Stowe Rd). Sí, nacieron aquí en 1977. Los fines de semana no producen y ponen un vídeo, así que mejor ir directamente al mostrador y pedir uno. Como estamos en Estados Unidos puedes pedirte un cubo llamado Vermonster de cuatro kilos de helado. Un niño fue recibido con aplausos por engullir uno. Si eres muy goloso, otro dulce típico de esta zona es el sirope de arce.

El viaje sigue hacia Stowe, otro pueblo con iglesia blanca, donde se empieza a escuchar el francés canadiense. También ha habido parada en Jericho hay un antiguo molino junto al río, recuerda a Quechee, también serpenteada por un pequeño río. Esta zona está plagada de alojamientos para la temporada de esquí. En la carretera hay señales que advierten de la presencia de motos de nieve y también de osos. Cuesta imaginar este paisaje verde de color blanco.

¿Necesitas un cajero? Prueba un 'drive-thru' y saca dinero sin bajarte del coche, como los McDonald's.

La última parada es Burlington, una ciudad joven, sede de la Universidad de Vermont y bañada por el lago Champlain. Al atardecer brotan hamacas en los árboles para despedir al sol junto al embarcadero. El ambiente se respira en la calle principal, Church Street, está llena de terrazas y números musicales, fuera de aquí las calles están desiertas.

Volvemos al sur, a Massachusetts, para conocer Boston, ciudad de Cheers, Ally McBeal pero también del Tea Party.